NUESTRO ACOSO MUTUO

De noche y de día, tus pensamientos
acosan a los míos y, los míos a los tuyos.
Es un continuo delito mutuo
(dirán los abogados de un ángel...).

Pero los abogados de un diablo, estando alerta
con los cuernecillos de antenas:
se inventaron el delito del acoso sexual al inverso
y, para los ángeles, ¡somos perversos!

Y desde entonces, cuando vemos a un ángel
nos acosamos el pensar dulcemente
y, cuando vemos a un diablete
¡nos acosamos el tocamiento sexualmente!

Y de noche y de día el acoso es nuestra filosofía:
a veces pensamos en jardines encantados
lunas y estrellas, cielos y mares azulados
¡y a veces con galerías sin ni siquiera una salida!


V-MMVI CHICLANA (CADIZ) -SPAIN